Culmino mi noche en tus brazos
la distancia que desorienta
comprende cálculos reflexivos
mientras que los nervios inhundan recapacitación.
No había testigos
para afirmar que hubo un cambio.
Nadie nunca supo
que ésta noche, la inocente fui yo.
Hubo un pedido de estimulación errónea
seguida de un cocktail de incomunicación.
Es por eso que te apuesto que a la larga
el suspiro sugestivo lo tendré que dar yo.
Se interponen mil signos físicos
en la torpeza no existe más razón.
Mientras que en mi memoria circulan palabras
que confunden y limitan toda la situación.
Extravagantes fueron los comienzos
con detalles de intercambio cultural
en la suma de las diferencias suscitadas
la importancia se clona con originalidad.
Se arriendan momentos
y se roban mi razón
se dimensionan los tiempos
disputando la ausencia de mi corazón.
Excesos ecuánimes
que exclaman subordinación,
consuelan y comprenden
el razociño de mi dominación.
Se efectúan ilustraciones
que nos afirman a los dos
En destructivas consecuencias
bajo un mismo proceso de disolución.
Proyecto un manojo de nervios
y me decido por un sano dolor
Tiemblo ante todo tu cuerpo
que me reclama un constante calor.
Me observo desde afuera
sin poder lograr comprender
cómo me encuentro frente a mis ojos
incapaz de poderme reconocer...
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