Me sorprendí afligida observando tus ojos.
Dos profundos portales que irradian razón.
Estaban mojados, estaban deshechos,
Meciéndose cual péndulos por persecución.
Habían sublimes dianas rebosantes de sabiduría
Que acallaban delirios de furia y dolor
Me acribillaban susurrando golpes de vida
Me invitaban a compartirme dentro de todo tu rencor.
Confieso que mi ruin perfidia
Reviste con íntima embriaguez todos tus placeres
Y fragua planes indolentes de noches
Que marcan como satírica toda nuestra relación.
Soy tu ferviente groupie
Devota y desdeñosa
Ante la idea de perderme
O alejarme de vos.
Pero no soy yo la condenada
No soy yo la que vierte deseos en copas vacías
Ni siquiera pierdo mi tiempo esperando lo imposible
Me permito relajarme y reírme de vos.
Desgajo melancolías
Como pétalos de una flor
Que me ofrece augurios
Afirmando o negando tu amor.
Pero siempre sé la respuesta
Sólo actúo la indecisión
Arrojándote cada uno de ellos
Como puñaladas sobre tu corazón.
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